Primera Plana
Opinión


Por qué debemos escuchar a quienes sostienen el Colegio desde adentro

Alberto Cabezas Villalobos | Martes 5 de Agosto, 2025

 

Periodista colegiado, Secretario de la Asociación Agencia para el Desarrollo Accesible sin Fronteras, y Secretario de Relaciones Internacionales de la Comisión de Accesibilidad de la Confederación Unitaria de Trabajadores.

Durante años he creído que el periodismo no solo se ejerce desde la pluma, la cámara o la radio. También se ejerce desde la escucha. Y esa escucha debe comenzar por casa.

Como miembro del Colegio de Periodistas y Profesionales en Comunicación de Costa Rica (COLPER), propuse recientemente ante la Junta Directiva un pequeño pero significativo paso: permitir que el personal administrativo, quienes sostienen la operación diaria del Colegio, pueda participar —de forma no vinculante— en espacios de expresión sobre su entorno laboral, su bienestar, sus ideas y preocupaciones.

En nuestra ante última Asamblea General, esta solicitud fue incomprendida por parte de algunos sectores. No pedía voto, ni cogobierno, ni una transformación estructural. Pedía algo sencillo y profundamente humano: dar voz a quienes han dedicado hasta 26 años de su vida al COLPER, a quienes conocen sus pasillos mejor que nadie y a quienes día con día sostienen, con trabajo silencioso, la operación de nuestro gremio.

Con el respaldo de la Asociación Agencia para el Desarrollo Accesible sin Fronteras —que me honra en representar—, ofrecimos iniciar un proceso serio, respetuoso y técnicamente fundamentado para evaluar las condiciones laborales, las oportunidades de bienestar, y el ambiente organizacional del personal del Colegio. Incluso nos comprometimos a financiarlo por completo, con el posible acompañamiento académico de universidades y otros actores sociales, pero sin costo para el COLPER.

Solo pedimos algo elemental: autorización para conversar con el personal dentro del horario laboral, y un espacio digno donde hacerlo.

¿Es mucho pedir?

Desde mi experiencia en accesibilidad laboral y salud ocupacional, puedo asegurar que cuando se escucha a las personas trabajadoras, se fortalecen las instituciones. No se trata de fiscalizar, ni de señalar, sino de acompañar. De abrir una puerta a la mejora continua.

Los funcionarios y funcionarias del COLPER no solo procesan nuestros pagos o preparan nuestras credenciales. Son el rostro humano de la institución, los primeros que reciben a periodistas jóvenes con dudas, a colegas con problemas, a miembros con reclamos. Nos atienden con empatía, nos orientan, y sí: también sufren las tensiones de un entorno laboral muchas veces olvidado en la agenda gremial.

En un país que habla tanto de participación ciudadana, ¿cómo no hablar de participación institucional? ¿Cómo no invitar a opinar a quienes son parte viva del COLPER?

Mi propuesta sigue en pie. Y la repito hoy desde Primera Plana con el corazón en la mano: escuchar a nuestro personal administrativo no es una concesión. Es un acto de justicia.

Quienes hablamos de ética profesional debemos ser coherentes en lo interno. El respeto comienza por casa. Y si somos una comunidad que promueve la comunicación responsable, entonces debemos abrir todos los canales posibles para que ninguna voz quede fuera, especialmente la de quienes sostienen esta casa común que es el Colegio.

A la Junta Directiva, a la Asamblea General, a mis colegas periodistas: sumemos nuestra voz. Pero también, escuchemos otras.

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