Los nuevos paradigmas de la educación plantean a las instituciones educativas de Costa Rica y el mundo, retos para su desempeño eficiente en el nuevo escenario.

Estos retos podemos analizarlos bajo la óptica de tres grandes vertientes.

Desarrollo competencial

Este enfoque nos mueve a pensar en la necesidad de pasar de un modelo de enseñanza tradicional,  a uno de enseñanza por competencias.

En el modelo tradicional,  al estudiante se le considera un mero depositario del conocimiento, mientras que el rol del cuerpo docente,  visto  como poseedor de toda la información, es el de trasmitir dicho conocimiento a su grupo estudiantil. En este esquema, el protagonismo le pertenece al docente.

Por el contrario, en el nuevo modelo de enseñanza que demanda el momento histórico, lo trascendente es lograr que el alumno, aparte de adquirir el conocimiento, desarrolle destrezas y habilidades que le permitan una sana y efectiva inserción en la sociedad y es justamente este proceso de transformación metodológica, el que ha obligado a remozar la perspectiva de la educación.

En este nuevo modelo educativo,  las  variables objetivo  tienen que ver con el desarrollo de competencias tales como: la criticidad, la autonomía y la independencia; no solo ante el conocimiento (materia o sustancia cognitiva), sino también ante los diversos procesos educativos (didáctica). 

En este contexto, se volvió además importantísimo entender que somos parte de un conglomerado interrelacionado de Naciones.  Que la sociedad en la que nos desenvolvemos a diario, está conformada por un grupo muy heterogéneo de personas con las que ocupamos interactuar; lo cual plantea el reto de aprender a funcionar en equipo mediante trabajo cooperativo y el dominio de varios idiomas.

Los centros educativos de primer orden, están trabajando  herramientas metodológicas que buscan desarrollar  el razonamiento lógico y destrezas de pensamiento.

En la materia  de Matemáticas y  Español, ya no basta con evaluar la comprensión del conocimiento por sí mismo, sino debe evaluarse  además,  el desarrollo de competencias fundamentales como: cálculo mental (ligereza mental)  el razonamiento lógico (anclaje de la materia a la realidad) y en español, la formación de lectores y escritores competentes.     

  

Neuroeducación  

Se refiere a la manera de cómo se potencializa el proceso de aprendizaje,  a partir  del conocimiento de  cómo funciona el cerebro.

La neuroeducación nos ha permitido demostrar  la correlación que existe entre aspectos de orden emocional y el manejo del estrés, con el proceso de aprendizaje: “la capacidad de aprender cabalga sobre el caballo de las emociones”, Prof. Alexandra Brenes.                                      

Una gran barrera que afronta la niñez, en la etapa conocida como la primera infancia (de los 0 a  5 años),  es su limitado vocabulario para identificar y expresar sus sentimientos y emociones, cuya identificación facilita el autoconocimiento y a partir de éste, el autocontrol y la empatía.

En este sentido, los preescolares deben realizar actividades que recreen  sentimientos y emociones, de manera tal que el menor  pueda interiorizarlos y año tras año, pueda ir elaborando su propio diccionario de sentimientos y emociones.

La neuroeducación ha evidenciado además la sorprendente plasticidad del cerebro, para su capacidad adaptativa en el tiempo. Este es capaz de generar una importante cantidad de neuroconexiones a partir de una estimulación adecuada y cuando esta dinámica se da en la primera infancia, se pueden conseguir desarrollos neuronales que terminan haciendo del niño y de la niña, personas mucho más integrales. 

De ahí la importancia de la reorientación de los preescolares hacia las tareas de estimulación multi-sensorial y cualquier otra posibilidad de estimulación (masajes, estimulación física, gateo y otras); además de incorporar a sus currículum: música, artes plásticas y coreográficas  

Esta ciencia nos ayuda a entender además, la conducta del adolecente a partir de la segunda poda neuronal, entendiendo que a su edad, ellos están construyendo nuevas conexiones neuronales, de ahí la explicación de su conducta errática, en varios de los casos.

 

Habilidades y competencias digitales

La principal razón por la que es imperativo que el estudiante de hoy desarrolle habilidades o competencias digitales, no es por moda, sino porque la tecnología digital ha revolucionado, tanto los sistemas de producción, las formas de concretar negocios y los sistemas de trasmisión del conocimiento; un hecho sin precedente en la historia de la humanidad.

En cuanto a los sistemas de producción, la tecnología nos ha permitido ver la transición          de una sociedad propietaria a una arrendataria o de servicios: Uber, Globo, Spotify, Netflix.

En lo que se refiere al manejo y transferencia de la información, el internet se ha convertido en el espacio donde cualquier persona puede crear y publicar. Cualquiera puede acceder a todo tipo de información por esta vía,  de ahí lo avezado que debemos ser en la  gestión de los conocimientos.  Cada vez se ofrecen más cursos y certificaciones en línea.

En este contexto,  el gran reto que enfrentan los centros educativos es, aparte de tener que virtualizar sus clases producto de una crisis mundial, es hacer de nuestros estudiantes personas competentes a nivel digital, puesto que ellos deben saber   procesar la información que se encuentra en la red,   y a la vez ser capaces de comunicar lo que piensan y creen sobre la creación de contenidos, así como presentarles las opciones de desarrollo profesional en este campo, tales como la ciberseguridad, innovación digital, big data, small data, marketing digital, entre otras.

Como podemos ver, el reto al que se enfrentan los centros educativos en este nuevo escenario, hace que requieran de capacidad adaptativa, de estudio y de  replanteamiento  en al menos estas tres vertientes, que en definitiva han marcado y continuarán haciéndolo, un proceso evolutivo en la educación.

 

*Director General

Kamuk School