Comedia en un par de muletas
Raquel León Rodríguez Colaboradora de Primera Plana | Martes 2 de Junio, 2015
El Stand Up Comedy es una tendencia humorística que ha ganado terreno en Costa Rica. Una ola de nuevos comediantes ha nacido en medio de las tarimas, los micrófonos y los monólogos. Entre este nuevo grupo de creativos, aparece Esteban Masís Palacios, quien a diferencia de sus colegas, sube al escenario acompañado de sus fieles amigas: Tara y Celeste (sus muletas).
Vecino de San Sebastián, Esteban nació con espina bífida, y si bien las piernas no le siguen la marcha, su actitud lo hace volar sobre las tablas.
Todo comenzó una noche de “novatos” -hace cuatro años- cuando tomó la decisión de enfrentarse por primera vez a un público, en un concurso de comedia llamado “Noche de vírgenes”, en el bar el "Lobo Estepario”.
Masís dejó los nervios de lado y decidió contar anécdotas de una manera jocosa. Su rutina estuvo tan atrevida que las risas, los aplausos y los gritos de apoyo lo colocaron como el indiscutible ganador. Esa ráfaga de talento lo llevó de contar chistes a amigos y familiares cercanos a labrarse un lugar en el difícil mundo de la comedia.
De su familia Esteban recuerda que sus dos hermanas nunca lo trataron diferente por su condición. Además contó con un papá amoroso (a quien debe su pasión por los colores rojinegros de la Liga Deportiva Alajuelense) y una madre de carácter fuerte quien le enseñó que la frase “no puedo”, estaba prohibida en la casa.
Este hombre de apenas un metro y cuarenta y tres centímetros desborda simpatía y agallas. En muchos capítulos de su vida se enfrentó a los “no rotundos” y las miradas extrañas de la gente, sin embargo, en cada tropiezo supo encontrar la manera de seguir su camino.
Antes de convertirse en un colaborador de la Municipalidad de San José, realizó muchas entrevistas de trabajo en donde se enfrentó a un persistente rechazo debido a su condición física, pero Esteban nunca desmayó en su empeño y hasta logró terminar el grado de licenciatura en Mercadeo.
Recuerdos como este lo motivaron a incorporar en sus rutinas la situación que viven las personas con discapacidad en el país. De ahí que más allá de los lugares comunes, los temas del día o los personajes del momento, Masís en muchos de sus monólogos logra abordar con ingenio temas sensibles.
“Siempre trato de hablar acerca del argumento que me llevó al stand up. Trato de tocar temas acerca de accesibilidad, no desde la lástima sino como un llamado de atención… Toco estos temas porque más que hacer reír, siento que al pararse en una tarima empezamos a trasmitir un mensaje”, explicó el joven comediante.
Además de sus muletas, el apoyo de su esposa, Carolina Meza Mora, ha sido su soporte. Ella al principio creyó que la aventura de su compañero era una de las ideas “locas” que suele tener, sin embargo, el trabajo y talento de su pareja la han convertido en su principal motor. Con cuatro años de casados, Carolina se ha convertido en el complemento perfecto en la vida de Esteban.
Sueños sin límite
Este joven de particular boina y grandes anteojos no ha encontrado en el círculo del humor algún mal gesto por parte de sus compañeros. Por el contrario es integrante de una agrupación llamada Stand Up Comedy Factory, con quienes se presenta en distintos lugares del país.
Ha participado en variados festivales como Transitarte, Festival Nacional de Stand Up Comedy de Costa Rica y centros universitarios, entre otros. Su pasión y talento lo llevaron a cruzar fronteras. Viajó a México para realizar una gira y participar en el programa de televisión “Standparados” en compañía del reconocido actor y humorista Adal Ramones.
La oportunidad surgió después de enviar un video de su trabajo a Televisa. El material agradó a los productores y días después lo llamaron a participar. Agradecido por la experiencia, Masís cuenta que su paso por esta nación del norte motivó sus sueños: dos presentaciones con un público generoso en risas, y un programa en el que por once minutos tuvo la oportunidad de hablar sobre su mensaje a una masiva audiencia. De ahí salió con la invitación de Adal Ramones en su próxima presentación en Costa Rica.
Además de la comedia, Esteban ofrece charlas acerca de su historia en diferentes instituciones y dedica parte de su tiempo a visitar a los niños de la Clínica de Espina Bífida del Hospital de Niños, a quienes les pinta las muletas de colores, acorde con su alegre forma de ver el mundo.
Masís guarda un gran respeto por figuras como Nelson Mandela y Carmen Lyra, personajes que en sus ámbitos han sido sinónimo de lucha y coraje. También admira a varios humoristas de clase miundial, tal es el caso de Chris Rock, Ellen Degeneres y “Luismo” Cómico, este último, un comediante español considerado por Masís como su mentor.
La palabra “límite” parece no encontrar significado en este hombre, quien en el futuro desea practicar rugby en silla de ruedas y espera incorporar la cuentería a su trabajo en las artes escénicas.
Este “pequeño” comediante transita por la vida con el humor como estandarte, y con una idea en su mente que nunca lo abandona: "Es fácil hacer llorar a la gente, lo que es difícil es hacerla reír”.






